Proteger suelo

Cuando hacemos una reforma en casa, buscamos mejorar el aspecto general de nuestra vivienda, y lo que menos necesitamos es que esto acabe dañando nuestros pavimentos. Por eso, es importante proteger el suelo tanto a la hora de afrontar una obra de gran envergadura como al hacer una reforma de escasa entidad como pintar las paredes.

En función del tipo de trabajo que vayamos a realizar en casa, podemos aplicar unas medidas de protección u otras.

Cubierta de plástico

Pintar es una actividad sencilla cuyo principal riesgo para el suelo es que se pueda manchar. Cuando se trata de con qué proteger el suelo para pintar, lo recomendable en estos casos es cubrir toda la superficie con una cubierta de plástico, que se sujetará a los rodapiés a través de cinta de carrocero.  El plástico es muy fácil y rápido de instalar, y debe quedar cubriendo toda la superficie del pavimento.

Los cubos y materiales de pintura pueden llegar a romper el plástico y permitir que la pintura manche el suelo. Para que esto no ocurra, se aconseja utilizar un cartón corrugado que sirva como base para depositar los cubos con la pintura y el resto de materiales, así le damos al suelo una protección extra.

Mantas de fieltro

El fieltro es un estupendo protector del suelo cuando se van a realizar obras más importantes. Si existe la posibilidad de que caigan cascotes, o de que las herramientas de los operarios puedan causar daños en el suelo, lo mejor es protegerlo con una manta de fieltro.

Este material aporta una mayor amortiguación, reduciendo el riesgo de que se produzcan daños en el pavimento si, por ejemplo, se cae una herramienta. Como en el caso anterior, la manta o rollo de fieltro se adhiere a los rodapiés con cinta de carrocero.

En ningún caso se recomienda emplear para la conservación del suelo materiales que se adhieren directamente a esta superficie, especialmente si tenemos pavimentos de barro cocido, porque estos pegamentos industriales son muy fuertes y pueden dejar restos sobre las baldosas.

Placas protectoras

En aquellos lugares que vayan a tener mucho tráfico durante la reforma, se pueden instalar placas protectoras encima de otros materiales como el plástico o la manta de fieltro.

Podemos utilizar un cartón corrugado, que es altamente resistente, o incluso una plancha de madera. Lo que hacen estos elementos es distribuir el peso de las personas de una manera más uniforme, reduciendo con ello la presión que sufre el suelo.

Cubiertas para calzado

Otra alternativa es que los operarios usen cubiertas para el calzado. Así evitamos que traigan suciedad o escombros al interior de la vivienda. Esta es una buena opción si la obra que se está realizando tiene tan poca entidad que no compensa cubrir todo el suelo. 

Al proteger el suelo cuando hacemos una reforma, conseguimos que los pavimentos no sufran daños por caídas de objetos, derrame de productos corrosivos, etc. Y también mantenemos más limpia esta superficie, lo que aligerará las tareas de limpieza tras la finalización de la obra. 

Si lo que necesitas es hacer una reforma para cambiar precisamente el suelo, y quieres instalar pavimentos cerámicos, estamos a tu disposición con nuestros productos hechos a mano. Y si tienes cualquier duda o pregunta antes de hacer la reforma, también te ayudaremos sin compromiso.

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